WaWhoWhyWoh surgió espontáneamente del gargajo de un troll de río que estaba dejando de fumar. Arrojó cuatro esputos que se mezclaron con unos residuos impregnados con dióxido de uranio que procedía de las emisiones de la central nuclear de Fukushima, y una fortuita mutación dio lugar a los cuatro individuos que hoy forman esta infumable banda instrumental.

 

Este paralelismo con la historia de las Tortugas Ninja no es ninguna casualidad, fueron estas quienes enseñaron a nuestros héroes el arte de faltar al respeto y la decencia con sonido en vez de con palabras. Vivieron durante años en las alcantarillas, pero una vez completado su aprendizaje decidieron que era hora de dar el siguiente paso.

 

Viajaron por el mundo en busca de su lugar, y después de un largo camino se afincaron en Kazajstán,  donde conocieron al grandísimo filósofo y pensador Borat Sagdiyev, que les enseñó la expresión que en el futuro daría sentido a su existencia y de paso nombre a la banda.

 

Conseguida la habilidad y el nombre, sólo faltaba algo que decir… Y como no había nada que decir, decidieron que lo mejor era hacer música por el puro placer de ofender a los demás, sin palabras, sin letras, sin mensaje… Tan sólo ofensa auditiva para el oyente.

 

Después de muchas vueltas en la vida e increíbles giras mundiales, en las que el grupo no tocaba en directo, pues nadie estaba dispuesto a contratarlos, acabaron en el peor de los lugares en los que puede acabar un músico. Si, amigos, hablamos de España. Aquí donde el músico paga por tocar, aquí donde el político millonario tiene la desfachatez de decir que por austeridad los músicos deberían de cobrar menos, cuando el grueso del gremio ni siquiera cobra por su arte, aquí donde al músico callejero puede ver cómo son confiscados sus instrumentos por las fuerzas de seguridad tan sólo por compartir su arte de manera altruista.

 

A WahWhoWhyWoh le gustan los retos, por eso empezó el modo arcade en el máximo nivel de dificultad.

 

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